Queridos compañeros, es
una gran alegría saber que podemos celebrar por tercera vez el congreso
Nacional de CORAJE. En primer lugar, un fraterno saludo y felicitación por el
esfuerzo que está detrás de este gran día, por quienes han trabajo duro para
que este Congreso se haga realidad y por quienes se han dado cita para renovar
su compromiso con la organización. Todos y cada uno de ustedes son personas valiosas
para nuestro país. Son hombres y mujeres que han desafiado la cotidianidad y lo
establecido para permitirse soñar y trabajar por un mundo mejor.
Los jóvenes de hoy vivimos grandes desafíos.
El sistema en el que vivimos ha llegado al límite de la destrucción del ser
humano y nuestra naturaleza. Más allá de la realidad que vemos cotidianamente
hay un mundo de mucha pobreza, de niños que sufren de hambre, de migrantes y
refugiados de guerras, viviendo en condiciones inhumanas, de gente que lucha por sobrevivir cada día, hay bosques
siendo talados, el agua y el planeta se van consumiendo día a día. Y mientras
tanto las grandes empresas ávidas de riquezas y del dominio del planeta se han
inventado las más diversas estrategias para que nos volvamos ciegos frente a
esta realidad. Para impedir que nos organicemos y que nos demos cuenta de que
somos capaces de cambiar nuestra realidad, de que si cada ser humano decide
trabajar por un mundo mejor, podríamos conseguirlo por simple mayoría. Hoy en
día los jóvenes somos presas fáciles de vicios y banalidades, que hacen que
desgastemos nuestro tiempo en redes sociales, en el alcohol o la televisión.
Pero si cada uno de nosotros decidiera organizarse y sumar su voluntad con su
comunidad, podríamos reclamar nuestros recursos de nuevo, vivir en comunidad,
recuperar la solidaridad y la alegría de compartir. La organización es
fundamental compañeros, la organización es el primer paso para cambiar este
mundo. Por eso la importancia de este
Congreso y de CORAJE, esta es nuestra herramienta de lucha.
La realidad de los
jóvenes en nuestro país sigue siendo muy dura, el derecho a la educación sigue
siendo un privilegio, que pocos pueden alcanzar, y que además no les asegura
luego un trabajo para subsistir. Los espacios públicos para los jóvenes son
todavía muy limitados y el incentivo para el desarrollo de nuestras capacidades
es algo que aún no se contempla para la mayoría. Que decir de nuestra
participación y capacidad de participación sobre los hechos trascendentales del
país. Los jóvenes seguimos siendo relegados. Pero como todo en la vida no todo
es malo, hoy teniendo la oportunidad de ver nuestro querido país de lejos, les
digo que tenemos muchas razones para sentirnos orgullosos de ser ecuatorianos,
de ser jóvenes ecuatorianos. Somos un país que ha sido privilegiado en belleza
y diversidad natural, somos rebeldes y desde nuestros inicios hemos luchado por
nuestra libertad, nuestra gente aún tiene muchos valores y alegría de vivir la
vida en comunidad. Nuestra gente es capaz de protestar, de no dejarse de nadie
y esto ha permitido que marquemos hitos en la historia, que en países
“desarrollados” no alcanzan si quiera a entender. Somos ricos en talento
humano, nuestra gente es muy sabia, y creativa, estamos llenos de una gran
diversidad cultural. Somos indios, negros y mestizos, somos ecuatorianos
carajo. Seamos capaces de seguir desafiando al mundo, de darle lecciones a la
gente. Y empecemos a construir un mundo nuevo desde lo más chiquito, pero
hagámoslo con compromiso, y veremos que lograremos llegar a nuestros más
grandes objetivos.
Adelante compañeros,
quienes ahora no estamos físicamente, estamos presentes de corazón y madurando
para volver a contribuir con más fuerza, porque el compromiso por un mundo
nuevo es un compromiso de vida. A fortalecer nuestro primer gran sueños que es
CORAJE!!!
Hasta la victoria
siempre!