La propuesta de no extraer el crudo
en el Yasuní representa un acumulado de batallas que desde el ecologismo se han
dado tanto en el Ecuador como en muchas partes del mundo.
Durante 3 años ha sido posible
hablar de la iniciativa, argumentar por qué no explotar más petróleo y analizar
los impactos de estas operaciones (mire un ejemplo
de esta afirmación).
La crítica al petróleo que estuvo
censurada rompió la censura.
La iniciativa es importante no sólo
para el Ecuador:
- A nivel LOCAL: Permitió el reconocimiento de que
quienes resisten a proyectos extractivistas no solo que, no deberían ser
reprimidos, sino que deberían ser premiados, pues con su resistencia están
evitando uno de los problemas más graves de la actualidad: la crisis
climática.
En muchas partes del mundo se habla
de Yasunizar territorios.
- A nivel NACIONAL: Permitió hablar abiertamente
sobre la necesidad de salir del modelo extractivista. La urgencia de
buscar otros caminos y el absurdo de mantenernos atados a la dependencia
petrolera que provoca reconocidos impactos en todas sus fases (extracción,
transformación, consumo y desecho) y que representan el mayor problema
ambiental y social de las comunidades y del mundo.
El post extractivismo encontró en
esta iniciativa un polo a tierra.
- A nivel INTERNACIONAL: Desnudó las negociaciones
internacionales tramposas, que para evitar tomar medidas reales se negaban
siquiera a hablar de petróleo y que engañosamente se dedicaron a hablar
solo de carbono a fin de evitar asumir responsabilidades y poner en el
mercado sus responsabilidades al sur.
Es fundamentalmente una propuesta de justicia
ambiental.